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«Mística social» para los tiempos del Zoom

Hoy soñaba con Carmiña, una abuelita acostumbrada a celebrar la cena de navidad con su gran familia, en su propia casa. Pero que este año, por circunstancias, se encontraba sola.

Y mi sueño buscaba resolver. En realidad yo era Carmiña y de alguna manera todo lo que hay en el sueño habla de mi y de los retos y proyectos en los que estoy metido.

Así que Carmiña, hablando en la plaza del pueblo, descubría otras personas solas en la cena de navidad. Y al final se producía un efecto llamada, hasta que en mi sueño me veía como yo mismo ayudando a preparar una gran mesa para 500 personas en el jardín de Carmiña.

¿De donde vienen estos sueños?

Tal vez sean parte de la energía del futuro que quiere emerger. Surgiendo de un espacio humano que anhela una cultura más colaborativa y regenerativa. Y donde los vínculos y relaciones sociales puedan profundizarse gracias a algo sutil, sensible y generoso que me he permitido denominar «mística social».

Conversaciones gratis

En realidad el sueño no es casualidad. Ayer mismo leía un artículo sobre el joven Adrià Ballester que lleva algunos años regalando conversaciones gratis en la calle. En un sitio tranquilo despliega dos sillas y una pizarra que dice «Free conversations» y algunas personas se sientan a hablar con él.

¿De donde surge su proyecto?

Como el mismo comenta, detectó una falta de comunicación interpersonal en la sociedad y quiso poner su granito de arena.

Parece una versión diferente del movimiento «Free Hugs» (abrazos gratis) que tan popular se ha hecho desde que en el 2004 el australiano Juan Mann se lanzara a la calle con sus brazos abiertos.

Y de igual manera, poco a poco este movimiento de conversaciones gratis también se va extendiendo por el mundo.

Una soledad invisible dentro de nosotros

El caso es que muchas personas estamos percibiendo como esta falta de comunicación nos lleva a sentir una soledad profundamente agobiante y que, aunque invisible, parece llenarlo todo.

¿Donde hay que mirar para ver esto?

Hacia adentro de nosotros, con el corazón abierto, la mente abierta, las manos abiertas…

Y así, podemos sentir la soledad en nuestra falta de escucha y comunicación profunda con otras personas.

También en la dolorosa perdida de conexión con la naturaleza. Y en esta lejanía con nuestro sentir corporal obsesionados en caóticos pensamientos.

Todo ello se siente en esta constante sociedad materialista y de entretenimiento vacío. Una cultura humana que parte de esta profunda crisis personal, interior… de no conocernos y no querernos a nosotros mismos.

Cada uno lo podemos expresar con nuestras propias palabras. Aunque el sentir, cuando lo compartimos, parece ser muy común a casi todos.

Movimiento No.Mas.Solito

No mas solitoSomos 7 personas de diferentes países. Nos conocimos a través de un curso de liderazgo para el cambio (el u.Lab 1x). Y pronto formamos equipo a través de Zoom con la intención de apoyarnos desde el interior en nuestras vidas y proyectos.

Han pasado más de 6 meses y seguimos juntos. Ninguna baja. Y nos vemos todos los miércoles para escucharnos, practicar diferentes dinámicas grupales y fomentar nuestro autoconocimiento.
Nos encanta juntarnos. Y el cariño y la sinergía llenan el espacio desde el minuto 1.

Somos profesionales del cambio colectivo y del desarrollo personal… y ya no nos sentimos tan solos en nuestras misiones.

Y ahora estamos inmersos en ver como podemos compartir todo lo que vamos aprendiendo juntos. Y como dar forma a un movimiento de personas que se escuchan desde el interior y desde su corporalidad.

Por el momento lo llamamos No.Mas.Solito, pues es así como nos sentimos y como captamos este fenómeno global de una cultura que conversa, se comparte y se acompaña.

En Zoom también me hablo a mi mismo

Nada más despertar, aún con la frescura del sueño de Carmiña, me vino esta sensación que una compañera expreso el último miércoles. «En el Zoom veo 7 personas, vosotros 6 y otra cara que soy yo. Y siento que al hablar, también me hablo a mi misma»

Y mientras lo expresaba, sentía esta peculiar mística social del Zoom, que me incluye y me permite tomar conciencia de mi mismo, de mis propios gestos y de mi relación con los otros.

No sé si alguien más habrá hablado de esto, pero me parece fascinante.

Y el caso es que mis pensamientos fluyeron, tras despertar, hacia ideas de plataformas online donde pueda conversar conmigo mismo. Viendo mi propia cara escuchándome muy atento mientras hablo… y al rato cambiándose los papeles. Como una especie de silla caliente de la Gestalt.

Una de tantas ideas… que quien sabe…

Una sociedad que escucha y siente

En estos tiempos de internet las posibilidades sociales pueden multiplicarse.

Y aunque la presencia física sigue siendo fundamental, si somos capaces de meter corazón, sensibilidad y voluntad, la presencia digital es también una fuente de riqueza y conectividad humana.

Complementando y ampliando los encuentros.

Una suerte de realidad aumentada.

Y así, recordando las conversaciones gratis de Adrià, me vino una posible versión digital del movimiento. Donde cualquier persona del mundo pueda conversar desinteresadamente con otras personas a través de un espacio online tipo Zoom.

Las posibilidades son muchas. Las opciones de conectar y crear puentes entre personas son tantas como nuestra creatividad y ganas nos permitan.

El reto es seguir creciendo como sociedades que escuchan y sienten… y así, desde esta interioridad, poder co-crear juntos respuestas a los retos sociales, ambientales y también personales de estos tiempos de disrupción.

Gracias por leer esta reflexión y ser una parte activa de esta escucha y sensibilidad social.

Lo siento bello. Tú, yo y todos nosotros nos hemos encontrado y seguiremos encontrándonos en la conversación y en este sentir colectivo.

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