Hay algo que nos fascina vivir desde hace más de una década y es la práctica de la indagación corporal. O lo que es lo mismo el explorar nuestro propio cuerpo a través del sentirnos. Esto lo guiamos constantemente en nuestras clases presenciales y online de Yoga.
Yo personalmente lo vivo como un proceso experiencial y muy práctico de habitar mi cuerpo. Un arte muy personal de sentir, vivir y aprender de lo que ocurre en mi propia fisiología. En realidad esto es una parte del arte y de la ciencia de la exploración interior, que partiendo de una conciencia integradora, me abre a la vivencia momento a momento de mi propia psicología y fisiología.
Experiencia cotidiana de exploración corporal
¿De qué va esto? De algo tan sencillo y cotidiano como sentirse con sensibilidad. De sentir mi cuerpo y lo que me pasa. Y cuando hablo de sentir, no hablo de pensar sobre el cuerpo o de crear una imagen corporal. Sentir es habitar y estar presente con el cuerpo y todo lo que ocurre en él. Sentir cada parte de mi cuerpo, mis sensaciones, mis molestias, la vibración de las manos, cada movimiento, el respirar, el fluir de la vida en mis células, sus impulsos, su calor, etc.
Muchas cosas ocurren en mi cuerpo constantemente. Cualquier emoción o estado de animo se manifiesta en mi cuerpo. Incluso mis pensamientos están asociados a posturas y actitudes corporales. Por eso, la indagación corporal va de investigar en uno mismo —con curiosidad y respeto— como esta mi cuerpo y que necesita expresar.
Y cuando hablo de investigación corporal no me refiero a razonar sobre el cuerpo y buscar causas de lo que me ocurre en él, sino al simple acto de acompañar a mi fisiología en su proceso de manifestación.
Estamos en una etapa humano dominada por algo que algunos denominan neurosis o disociación cuerpo-mente, y que a mi entender experiencial tiene que ver con que mi mente bloquea la expresión libre, autónoma y espontánea de mi cuerpo. En realidad la mente cumple una función clave como centro de inteligencia, pero si sobrepasa su función controlando las funciones naturales del cuerpo, nos estaremos metiendo en problemas. Ya que mi fisiología tiene su propia inteligencia corporal, que realiza la mayoría de sus procesos de forma autónoma y autorregulada, sin necesidad de que la mente ordene la forma concreta de realizarla.
Sugerencias de indagación corporal
Existen infinidad de formas de vivir esta exploración corporal y fisiológica. No es mi intención darte reglas concretas, ya que mi deseo es solo el de despertar en ti esta actitud de habitar tu cuerpo. Por lo tanto, lo que sigue son unas simples sugerencias:
- Cuando te despiertes, puedes sentir tus sensaciones de somnolencia, tu pereza corporal y el como disfrutas de la cama unos minutos más. También puedes sentir el calor de tu cuerpo, el hambre mañanero o las ganas de ir al baño.
- Al dar un paseo o hacer ejercicio, puedes ser uno con la vitalidad por tu cuerpo. Como se mueven tus piernas, tu respiración, tu ritmo vital. Explorar como esta tu columna vertebral. Sentir tus dolores y molestias.
- Puedes hacer ejercicios de relajación (o una relajación de yoga), dejando que se suelten tus músculos y sintiendo el placer que esto produce. Sentir su tono muscular. Permitir que tu cuerpo se acomode a lo que necesite y sentir lo que te esta pasando en él, en forma de emociones o sentimientos.
También podemos investigar lo que nos pasa en el cuerpo cuando tomamos contacto con algo que nos disgusta o que nos agrada. Sin necesidad de juzgarlo, podemos ver como nuestro cuerpo se contrae, o como se expande. Todo lo que pase en mi vida es un recurso poderoso para ejercitarnos en la indagación personal. Como cuando nos cuesta abrir un tarro de conservas, como vemos en la imagen.
- Para mi es muy revelador experimentar como se expresa mi cuerpo en libertad, con la danza espontánea o con movimientos creativos. Cuando se moviliza mi energía vital más sutil y autentica. En realidad, toda nuestra indagación corporal nos lleva a aprender vitalmente como estar mejor en el cuerpo, y con ello, también a sanar y despertar todo nuestro potencial humano.
Podría explayarme mucho más, pero lo dejo para otros artículos y para establecer un dialogo con vosotros en los comentarios o donde nos encontremos. Por eso, no dudes en compartir con nosotros tus vivencias practicas de conciencia, de indagación y de exploración corporal.
Como siempre, inspirador, Natxo. Gracias.
A mí me ayuda mucho observar cómo se mueve mi respiración. Cómo se organiza, se crea y se recrea, más allá de mí.
Un abrazo.
Gracias Ruth! El texto ha estado impulsado por un bonito trabajo realizado este fin de semana, donde el cuerpo volvía a ser el protagonista.
Muy oportuna la atención y conciencia de la respiración. Esta ola que se crea y recrea más allá de mí (me encanta como lo expresas).
Precisamente ahora estaba estaba leyendo tu último post en Werden que también me inspiro mucho, y que aconsejo leer y llevarlo a la vida: http://werden.es/el-trabajo-corporal-en-el-liderazgo-y-los-procesos-de-desarrollo/
Otro abrazo!
Pero Nacho…¡qué acabo de descubrir! Me ha encantado leerte, yo también soy muy de “habitar mi cuerpo” y prestar atención. sobre todo estar atenta. Las tres columnas Nacho en mi opinión son la atención, la voluntad-esfuerzo y la responsabilidad. quizás algún día podamos comentarlo. Me lo llevo a twitter. Abrazo!!!
¡Bienvenida Anaje a este intenso rincón! Gracias por tu comentario.
Yo de niño-adolescente-joven fui de poco habitar el cuerpo, aunque tuve la suerte de descubrir la naturaleza y poco a poco empece a habitarme. Luego con la psicoterapia corporal y muchas otras cosas voy pudiendo mimar a mi cuerpo y sobre todo prestarlo atención. Me llegan mucho los 3 ejes que comentas, a cada cual más importante, junto con el amor al cuerpo (que también es atención).
Otro abrazo grande y si, me encantaría que siguiéramos charlando y aprendiendo juntos de tantas experiencias humanas.