Recuerdo que en mis años de colegio me enseñaron matemáticas, lengua, sociales y otras asignaturas. Pero seguro que tu tampoco recuerdas que nos instruyeran para saber lidiar y manejar el dolor físico y también el dolor emocional.
Y ahora de adultos, nos enfrentamos a la experiencia del dolor sin recursos suficientes para controlar, calmar o gestionar todo tipo de malestares y situaciones que la vida nos trae.
Empezar a practicar yoga (ya sea online o presencial) puede ayudarnos a conocer y manejar los diferentes tipos de dolor con los que nos enfrentamos a diario.
La via rápida: Huir del dolor
Cuando sentimos dolor, tanto físico como emocional, lo primero que intentamos es quitárnoslo de encima. Para ello tomamos pastillas y analgésicos contra este dolor.
En otros casos, si no podemos eliminar la molestia o el estrés, al menos intentamos calmarlas con todo tipo de remedios o distracciones. Incluso tratando de engañar al cerebro para no sentir dolor.
También es muy normal que tratemos de aguantar el dolor, de forma más o menos estoica. Resistir al sufrimiento y soportar el malestar son para algunos virtudes. Pero en muchos casos encierran formas de drama y se convierten en mecanismos para huir de nuestro sentir intenso.
Más allá de tratar de tener un umbral o tolerancia al dolor alto, o tratar zafarse de él, existen otras formas de gestionar el malestar y los conflictos de la vida. Y muchas personas pueden beneficiarse de esta práctica:
Nuestro enfoque parte de conocer y experimentar con sensibilidad e intimidad nuestro propio cuerpo a través del yoga.
Un aula para manejar el dolor… y también el placer
El autentico cambio humano solo se da en el aula del dolor y del placer. Un espacio de aprendizaje muy personal donde descubrimos nuestra vulnerabilidad humana.
A lo largo de la historia ha habido personas extraordinarias que han descubierto como gestionar el dolor y sus emociones, y como no dejarse arrastrar por el placer. Y gracias a esto consiguieron transformarse internamente.
Porque el placer y el dolor son algo natural, cotidiano e ineludibles. Por donde quiera que vayamos, nos persigue la enfermedad, el conflicto o la muerte. Y junto al sufrimiento, también nos acompaña la salud, el encuentro, la alegría y la Vida.
Y aunque nos asusten o nos seduzcan, gracias al dolor y al placer podemos cambiar nuestra vida. El placer y el dolor nos señalan lo que necesitamos transformar y nuestra dirección natural de creación y sanación.
Porque entregados a la realidad de la vida, a su dolor y su placer natural es donde podemos madurar.
Sensibilidad física y emocional con ayuda del yoga
Recuperar tu sensibilidad humana es una capacidad para conectar con lo que estás sintiendo en este momento, ya sea dolor o placer. Es tu realidad tal como es.
Desde la práctica de Yoga Dinámico, ayudamos a nuestros alumnos a percibir con honestidad lo que están sintiendo. Estar presentes a lo que está aconteciendo en sus propios cuerpos y en sus propias vidas.
Sentir la existencia con nuestros sentidos y con todo nuestro ser. Y así abrirnos a la experiencia humana sin necesidad de escapar de ella.
Poco a poco vamos afinándonos y sensibilizándonos para vivirnos con más honestidad frente al dolor y ante la vida. Siendo la sensibilidad física y emocional las puertas para acoger el dolor y las emociones desbordantes.
Testimonios de personas que manejan el dolor
Muchos relatos y películas nos muestran todo esto. Como el dolor transforma a las personas que se atreven a afrontarlo. Y como el dolor, el amor, el placer y la belleza están tan pegaditas entre si, que si negamos cualquiera de ellas, nos quedamos cojos de sensibilidad humana y de capacidad de transformarnos.
La vida es sencilla en su dolor, en su sensibilidad, en su amor y en su placer. Cuando siento, escucho y sostengo tanto el dolor como el placer, nace la belleza de una vida entregada a lo humano.
¿Cómo vives tú tu propio dolor físico y emocional? ¿Podemos ayudarte?