Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin
Compartir en pinterest
Compartir en email

7 errores habituales para matar la empatía y alejarnos de sentir al otro

Matar la empatía es algo que hacemos continuamente. No solemos damos cuenta, pero cometemos errores que nos alejan del sentir del otro. La mejor forma que se me ocurre de mostrar estas pautas que asesinan nuestras relaciones es a través de un ejemplo. El siguiente diálogo nos ayudará a ver y sentir como maltratamos al otro y reducimos nuestra empatía. Es un ejemplo muy claro para que se vea más fácilmente, aunque con frecuencia lo hacemos de forma más sutil.

No hace falta que te aprendas estas estrategias dañinas de memoria, pues lo que realmente ayuda es experimentarlo en la vida propia y ajena. Y no te machaques si te pillas en estos errores, pues en realidad todos las usamos y lo importante es ir tomando conciencia con cariño, autoestima y humor de estos aspectos cambiantes de nuestra personalidad, para relajar estos hábitos que nos alejan de los demás. Mi consejo es no poner el foco en reducir estos errores sino más bien en seguir abriendo nuestro corazón a nosotros mismos (autoestima) y a los demás (empatía). El amor todo lo une. Deseo que te ilumine este diálogo:

Ejemplo de diálogo de besugos para matar la empatía

Errores para matar la empatia

–Hola Pedro, gracias por quedar conmigo. Estoy muy triste. Mis padres acaban de separarse.

–¡Vaya! Ya lo veía yo venir. Y precisamente mis vecinos acaban de divorciarse. ¿Sabes quién digo? Los del tercero, ese que cojea y que es un cantamañanas. Con lo guapa que es ella y va y… ¿Sabes lo que me dijo él ayer en el ascensor?

–Perdona Pedro, pero en este momento no me interesa todo esto. Te vas por las ramas sin escucharme. Siento tanto dolor por mis padres…

–Bueno, lo que debes hacer es hablar con tus padres para que vuelvan a amigarse. Los va a salir muy caro irse por separado, justo ahora que aún están con la hipoteca…

–¡Espera! Me estás dando un consejo. No quiero esto ahora, solo sentía la necesidad de compartir contigo mi dolor…

–¡Pues que no te duela! que estas cosas suelen pasar y no ganamos nada con darle vueltas. Yo mismo he pasado por cosas así y lo mejor es pasar página desde el principio. ¿Recuerdas aquella chica que me dejo?

–Querido Pedro, siento que no aceptas lo que estoy sintiendo ahora mismo. Y es normal, ya que eres un experto en esconder tu propio dolor. Y en este momento necesito simplemente sentir mi tristeza y compartirla contigo… si tú quieres claro. Y si no me lo dices y me voy.

–No digas tonterías ¡Para esto están los amigos! Yo siempre te he escuchado. Tú siempre sufriendo y yo aquí protegiéndote de todo. Eres tan sentimental ¿Recuerdas cuando estábamos en el instituto y suspendiste matemáticas?

–Ahora no Pedro, por favor, ahora no. Me estás etiquetando, generalizando y cosificando. Soy un ser humano que viene a ti, para darte la oportunidad de sentir y empatizar conmigo.

–Oye, que yo solo quiero ayudarte, y la anécdota venía muy al caso. Yo sé bien lo que necesitas y es dejar de sentir tanta pena y alegrarte un poco, que mira, que te conozco como si te hubiera parido.

–Pedro, en realidad no siento tu comprensión. Más bien te siento a la defensiva y escapando de lo que esta pasando ahora. Siento el dolor de tanta separación…

–Déjate de tonterías y vámonos a tomar unas copas para olvidar las penas.

–Lo siento Pedro, me sugieres evadirme de lo que siento. Y yo no quiero esto. Creo que mejor me marcho. Ya nos vemos más adelante.

–¡No te vayas tan rápido! Eres una mala persona ¡Con todo lo que siempre yo te he ayudado!

–Adiós Pedro, no hace falta que culpes y manipules para que me quede. Me has ayudado mucho de otra forma diferente. Siento mucha gratitud por todo esto que he aprendido contigo sobre esta locura de matar la empatía ¿Puedo darte un abrazo?

–Lo siento, pero tengo mi corazoncito y me molesta tu actitud. Siempre parece que te sientes superior y a tu bola. En fin, creo que nunca cambiarás. Qué le vamos a hacer. Vete y ya veras como lo de tus padres se arregla.

–Adiós Pedro

Espero que este diálogo te haya ayudado a ver algunos errores que usamos para matar la empatía y la relación con el sentir del otro ¿Se te ocurren otras estrategias que usamos para separarnos de los demás y de nosotros mismos?

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin
Compartir en pinterest
Compartir en email

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Con mucho gusto te informamos que el responsable de tratar con cariño y transparencia la información que nos mandas es el Centro InterSer de Palencia, siendo la finalidad el poder ponernos en contacto y dialogar contigo en relación al Proyecto InterSer. Es por tanto tu legitimación y aceptación de la política de privacidad lo que nos da tu consentimiento para usar tus datos solo con estos fines de comunicación. Te contamos además que tus comentarios los alojamos y gestionamos con ayuda de WordPress. Puedes ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación o suprimir tus datos en interser@interserediciones.com. Para más información lee nuestra política de privacidad. Gracias 🙂

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario. Si continuas navegando estas dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. Pincha el enlace anterior para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Ir arriba