Bajo mis infinitas capas de pensamientos, sentimientos y sensaciones… estoy presente como foco de atención. Yo no soy mis pensamientos. Tampoco soy mis emociones. Y tampoco me identifico con mis sensaciones y mi cuerpo ¿Quién soy yo?
Soy este foco de atención que se entera de que tengo percepciones, instintos, movimientos, deseos, ideas, recuerdos y todo tipo de contenidos psicológicos que experimentar.
Soy este foco de conciencia, vacío de forma, simple, que atestigua ecuánime y en silencio el devenir de todo acontecimiento externo e interno.
Soy este foco de atención, misterioso a mi mente y a la vez plenamente clarificador. Una simple mirada de conciencia, abierta, acogedora y en paz. Un espacio ilimitado, compasivo y todo poderoso.
Soy este foco de conciencia que no puedo ver y sentir con los ojos de mi biología o los ojos de mi psicología, pero que todo lo impregna como ojo del espíritu. Como agua que un pez no puede percibir.
Soy este foco de atención sostenida desde donde toda acción y percepción ocurre. El origen interno de toda elección e intuición. Un no-lugar que no conozco con mi mente, pero que experimenta a cada instante.
Desde mis dedos escribiendo, me cuesta describir este foco de atención espontánea. Las palabras se quedan cortas y dejan paso a mi vivencia directa… como puedo y como sé de este foco de conciencia. Siempre está en mi, y si dejo de identificarme con mi mente y perseguir mi deseo de placer, entonces emerge la quietud que ya es. Como foco de presencia me vuelvo hacia dentro y descanso en mi origen vacío.