Lo reconozco, mi cabeza no para de pensar. Estoy continuamente dando vueltas a ideas, recuerdos, sentimientos, juicios, imágenes, etc. Y con frecuencia entro en estados de obsesión y búsqueda frenética de soluciones y proyectos, que muchas veces me zarandea de un lado para otro con malestar, procrastinación y sin capacidad de elección. Y no es que reniegue de mi mente, que por otra parte me parece un recurso fascinante, pero es que en estos momentos mi mente funciona como en automático. Como un robot repitiendo rutinas sin poder parar y sin auténtica creatividad. Es entonces cuando necesito perder la cabeza un rato. ¿Te pasa a ti también?
Y para esto nos puede ayudar recordar esto que escribí sobre el pensamiento realista y el pensamiento fantasioso. La primera esta bien asentada en nuestra experiencia vital y objetiva, mientras que la segunda se pierde en divagaciones y todo tipo de juicios subjetivos.
Casi todas las personas sufrimos de algo que los psicoterapeutas denominamos neurosis, que por explicarlo rápidamente es una disociación entre nuestra mente y nuestro sentir. Dejamos de habitarnos y nos convertimos en mentes con patas. Seres sedentarios y anestesiados emocionalmente.
Estamos tan pendientes de lo que pensamos, que no percibimos nuestro cuerpo y nuestras emociones.
Por tanto, necesitamos practicar con frecuencia formas útiles, sanas y efectivas de perder la cabeza un rato, con un primer objetivo de relajar la mente y ralentizar nuestros pensamientos subjetivos. Un segundo objetivo es soltar esta tiranía de sobrecontrol de nuestra mente y conectar con el sistema limbico-emocional y con el sistema animal-instintivo. Y finalmente, un tercer objetivo es unificar toda nuestra persona en un sentir, actuar y pensar integrado.
Lo que sigue son unas sugerencias de ejercicios prácticos para perder la cabeza y que puedes adaptar a tu realidad concreta. Siguen un orden más o menos natural. No hace falta hacerlos todos. A veces uno solo funciona, otras veces necesitamos usar varios. Pero siempre conviene partir de mover el cuerpo y conectar con el sentir. Si eres novato en esto posiblemente necesites el apoyo de algún psicoterapeuta para empezar:
Dinámicas sencillas para perder la cabeza
- Moviliza la energía de tu cuerpo. Haz ejercicio sintiendo tu cuerpo. Deja que sea tu propio cuerpo el que guíe la acción. Puedes estirar, hacer yoga o cualquier cosa que te mueva y conecte con tu cuerpo. Baja la atención de tu mente hacia lo que estas sintiendo en las partes que mueves, en tus músculos, en el calor del ejercicio, o en la vitalidad que hay en ti.
- Escucha música intensa. Déjate llevar por la fuerza de la música para perder la cabeza y conectarte con la intensidad que tienes dentro. La música te guía. No sabes a donde. No sabes nada.
- Respira amplia y profundamente. Sin necesidad de controlar la respiración, deja que el movimiento y la música expandan tu inspiración y espiración. Estas vivo y respiras. Permite que el fluir natural de tu aliento se abra.
- Danza libremente y suelta tu voz. Con suavidad y con cariño. Sin forzar nada. Puedes ayudarte de música que te impulse a bailar. Deja que tu voz exprese lo que quiera, sonidos, monosílabos o canciones.
- Déjate llevar por ritmos instintivos. Puedes perder la cabeza de forma tribal, siguiendo muchos de los ritmos de música o danza de nuestros ancestros. También hay mucha música electrónica actual que puede hacer la función.
- Hazte un desbloqueo corporal-emocional. Hay varias técnicas de masaje profundo que consiguen romper corazas musculares y emocionales, para liberar la energía vital-emocional retenida. ¡Y realmente funcionan! Al menos por un tiempo. Junto a estas manipulaciones “externas” es necesario que la persona use sus propios recursos para mantener el desbloqueo y perder la cabeza de vez en cuando.
- Libera la energía de tu rabia. Es importante abrir el fuego intenso que hay en ti. Con frecuencia reprimimos el enfado y la ira, y estas se nos enquistan dentro. Lo malo es que con la rabia se nos va nuestra capacidad de luchar y actuar con determinación. Muchos de nuestros pensamientos de juicios tienen que ver con esta ira que no puede expresarse y que nos tragamos. En la medida que aceptamos, despenalizamos, soltamos y canalizamos estas emociones, sus aspectos dañinos se minimizaran hasta convertirse en pura fuerza interna para realizar certeramente nuestros proyectos de vida. Y además, nuestra mente se serenara y actuara con autentica eficacia y decisión.
- Baja a tierra tus miedos. Igual que con la rabia, nuestros miedos quieren expresarse. Tienen su misión de protegernos y al no escucharlas de verdad se quedan vagando por nuestra mente fantasiosa y miedica. Habla con tu voz del miedo. Expresa el miedo en tu cuerpo. Escúchalo. Mira como te ayuda a bajar a tierra y asentarte en la realidad. Mira como te ayuda a elegir lo que te conviene y a dejar ir lo que es peligroso o no adecuado.
- Entra dentro de ti sintiendo tu tristeza. Para ello puedes escuchar música tranquila e intimista. Tu dolor es un regalo que te abre el corazón. Siéntelo en el cuerpo, en tu pecho blando. Respira. Deja ir al drama que cuenta tu cabeza y que solo busca huir del dolor natural de tu vida. Da la bienvenida a tu dolor. Deja que te lleve al aquí y ahora. Deja que te abra el corazón. Deja que despierte tu amor y tu presencia.
- Habla con la voz de la mente fantasiosa. Encarna esta voz. En realidad esta voz quiere hablar, esta todo el rato luchando por traernos sus mensajes. Por eso, déjala hablar y para ello, identifícate con ella. Eres en esta práctica la loca mente que divaga y lo juzga todo. Di lo que quieres decir. Suelta tus locuras. Mueve tu cuerpo al son de tu voz idealista.
- Medita observando el fluir de tu mente. Atiende con cariño a tu mente idealista y fantasiosa, como si cada pensamiento fuera un niño imaginativo. Escucharla. No la niegues más. Y veras como tiene cosas que revelarte.
- Haz una buena psicoterapia que integre cuerpo, emociones, mente y esencia. Aunque todo lo anterior te puede ayudar, si realmente quieres cambiar, será necesario que te dejes ayudar. Yo hace años di el paso e hice la formación en Terapia Corporal Integrativa (TCI) que ha sido determinante en mi vida. Hay más opciones, que si estás interesado podemos comentar.
Conozco más prácticas que nos ayudan perder la cabeza, aunque más allá de las técnicas, lo que realmente funciona es la actitud abierta y el compromiso por cambiar lo que no va bien en nuestra vida. El dolor de sentirnos una máquina automática, es en realidad la mejor guía para salir del atasco.
¿Te animas a vivir alguna de estas experiencias? No te lo pienses mucho 😉 Déjate llevar por el impulso y empieza ahora. Baja a tierra tus dudas actuando aunque te de miedo. Y luego, solo después de moverte, deja un comentario y nos cuentas lo que viviste.
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Crédito de la imagen: Accidente aéreo, de Miguel Ángel Ruiz, calle Milaneses 3, azotea. Madrid, por Manuel, con licencia CC-BY-NC-ND
Gracias por su ayuda humanitaria
Me alegro Miguel que esto te haya servido de ayuda. Un saludo muy cordial!