Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin
Compartir en pinterest
Compartir en email

Para cambiar ¡Vive tu incomodidad!

Piedras incomodas para cambiar

Hoy iniciaba mi jornada leyendo dos artículos que me han dolido. Dos textos que nos señalan que para cambiar es necesario abrirse y aceptar la incomodidad que nos trae el comprometernos con la vida. Mientras leía, me sentía confuso y tocado en mi linea de flotación, moviéndome incómodo en la silla, y reconociendo el miedo que siento a sufrir y pasarlo mal.

Y aquí me deje sentir. Ten muy en cuenta esto que estoy aprendiendo:

«Unas palabras poderosas que no permitimos que bajen a nuestra experiencia y muevan nuestra acción son unas palabras que desaprovechamos para siempre»

Por tanto, deje que estos textos resonaran en mi vivencia personal, en mi realidad emocional. Me identifique por un rato con mis voces de la comodidad y de la incomodidad. Desde mi cuerpo surgían sensaciones y emociones contradictorias. Este gusto agridulce de la rutina y el control. El dolor de estar atascado. La tristeza de tantas ocasiones desaprovechadas. Mi soledad acomodadiza. Mi miedo a lo desconocido y al conflicto. Mi impulso mental continuo que pide continuidad en la acción… y el bloqueo que siento…

Para cambiar, practica la incomodidad

El primer post es de Francisco Alcaide: Para triunfar, practica el ‘arte de la incomodidad’, y la verdad es que no tiene desperdicio. Nos habla de como nos atrapamos en la zona de confort, del miedo que tenemos a equivocarnos, y de nuestros estancamientos para no arriesgarnos.

Me sentí muy identificado, sobre todo al bajar sus palabras a mi vivencia. Y desde allí empecé a reconocer que todos experimentamos y necesitamos estas dos fuerzas contrapuestas, la que se recoge con pereza, comodidad y tristeza, y la que se lanza con coraje, incomodidad y empuje. Al haberlo vivido, creo sinceramente que para cambiar es necesario que nos abramos a sentir ambos extremos, para conocernos y para poder gestionarnos en este arte de transformarnos.

Francisco también nos recomienda practicar la incomodidad en muchos momentos del día, en pequeñas cosas: cambiar de hábitos, hablar con desconocidos, hacer cosas nuevas, ponerse en primera fila en eventos, variar comidas o aguantar la mirada a personas con autoridad. No consiste tanto en mortificarse a uno mismo en plan asceta, sino en abrirse a la realidad de que la propia existencia es vulnerable, incierta, cambiante y no siempre a nuestro gusto.

Por tanto, yo añadiría la importancia de acoger y dar la bienvenida a todas estas incomodidades que la vida nos presenta sin que nosotros las hallamos elegido. Como puede ser un catarro que nos viene de improviso. Podemos luchar o renegar de ellas, pero lo cierto es que ahora están aquí. Y aunque luego procuremos eliminarlas, ganamos mucho si aceptamos su presencia sin el sufrimiento extra que implica el querer escaparse a toda costa de esta incomodidad.

Para cambiar, habla con tu miserable

El segundo post que me impacto es de Isaac Belmar: La capacidad de ser miserablesEmpieza hablando de la importancia de convertirse en un «profesional» esta persona que trabaja con compromiso a pesar de las dificultades y las incomodidades que se le presenten.

Isaac sigue hablando de esta sensación de sentirnos miserables, frustrados, aburridos, cansados… y de como tendemos a huir de todo esto como si fuera la peste. Y si me paro a vivir esto en mi experiencia, veo claramente que esto pasa en mi. No me gusta sentirme miserable. Intento escapar de mi incomodidad. Y me peleo continuamente con todas estas sensaciones. Y como nos señala Isaac:

«¿Qué tal si en vez de esquivar lo incómodo, nos sumergimos hasta el fondo en esta realidad?»

Y todo esto conecta con algo que aprendí experiencialmente el otro día, hablando con mis voces del miedo y la víctima, para después despertar mi voz del coraje. Solo sumergiéndome en mis miserias con el deseo de reconocerlas y acogerlas, puedo despertar este poder de seguir avanzando con coraje y voluntad.

Para cambiar necesito reconocer todo lo que esta en mi, incluyendo mis errores, mis fracasos, mis miserias, mi frustración, mi vulnerabilidad y mi incomodidad frecuente. Y con todo esto, seguir adelante. Hasta acabar todas estas cosas únicas que solo yo puedo realizar y que dan sentido a mi vida.

Los héroes no son seres vestidos con glamour que van en limusina cómodamente en dirección al dragón. NO! los héroes somos nosotros, personas normales que avanzamos en la tempestad cotidiana, tomando el toro por los cuernos aunque nos sintamos acojonados.

Por tanto, para cambiar y ser felices…

¿Como lo sientes tú? Ya comenté antes que estos textos no sirven de nada si no nos atrevemos a traspasarlos y entrar en la incomodidad emocional que generan al resonar en nuestra vida. Por eso hablaba hace tiempo del arte lento de saborear posts. Lo que voy contado aquí es mi interpretación de mi experiencia. Mi destilación de lo que voy aprendiendo sobre esto en mi viaje vital. Daré mi conclusión final, no para que sea creída, sino para ver como retumba en ti.

Para cambiar, para ser feliz y para alcanzar nuestro máximo potencial en la vida creo sinceramente que necesitamos abrirnos a la incomodidad. No nos queda otra. Lo contrario es estar anestesiados y sobrevivir como zombis delante de la cotidianidad, de aquello que controlamos y de la pantalla del ordenador. Duele, pero esta es mi realidad (y posiblemente la tuya) en muchos momentos del día. Y mientras, la belleza, la felicidad, la conexión y el autentico amor pasa a nuestro lado sin mojarnos, sin mancharnos. ¿Lo notas?

¿Cómo esta siendo tu viaje por la incomodidad? No dudes en dejar un comentario y seguimos charlando sobre esta importante vivencia.

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin
Compartir en pinterest
Compartir en email

3 comentarios en “Para cambiar ¡Vive tu incomodidad!”

  1. Hola Nacho. Me encanta este post tan honesto en el que hablas desde el fondo de ti. Me cuesta aceptar la incomodidad como forma de vida, pero veo que tiene muchas ventajas. Intentaré crear momentos incómodos pero interesantes en mi día a día.

    1. Gracias por tu comentario Dori. Si, es curioso sentir como me he pasado la vida huyendo de muchas cosas muy interesantes y prometedoras simplemente por esta parte molesta, dolorosa o conflictiva que lo acompañaba… Relaciones, encuentros, proyectos, contactos, oportunidades,… Me he perdido muchas cosas por esto y por mucho que me protegiera, la insatisfacción sigue presente…

      Lo bonito es darme cuenta de esta pauta y poner foco en mi propio coraje!!!

  2. Afrontar la incomodidad es abordar nuestros miedos y demonios más profundos y cotidianos. No creo que tengamos que “crear momentos incómodos”, como dice Dori, pero si conviene identificarlos y asumirlos con actividad. Cada cual tenemos nuestras propias incomodidades, que intentamos soslayar o “delegar” en otros; y eso sólo nos proporciona la falsa sensación de seguridad y la falta de aprendizaje.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Con mucho gusto te informamos que el responsable de tratar con cariño y transparencia la información que nos mandas es el Centro InterSer de Palencia, siendo la finalidad el poder ponernos en contacto y dialogar contigo en relación al Proyecto InterSer. Es por tanto tu legitimación y aceptación de la política de privacidad lo que nos da tu consentimiento para usar tus datos solo con estos fines de comunicación. Te contamos además que tus comentarios los alojamos y gestionamos con ayuda de WordPress. Puedes ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación o suprimir tus datos en interser@interserediciones.com. Para más información lee nuestra política de privacidad. Gracias 🙂

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario. Si continuas navegando estas dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. Pincha el enlace anterior para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Ir arriba