En estos tiempos de grandes cambios sociales y tecnológicos, cada vez tenemos más la sensación profunda de ser parte de algo mayor a nosotros, que nos ayuda a establecer vínculos empáticos y un contacto transparente y auténtico con los demás. Es la era de la interrelación y ciertamente este proceso de unidad en la diversidad está catalizada por los propios valores de Web. Y en este artículo voy a recordar cuales son estos principios pioneros que estuvieron en el origen de internet. Porque, como ya he dicho en otras ocasiones, la Red no es un entorno neutro, sino que está embebido de los valores de todas las personas que participamos o desarrollamos entornos digitales. Por eso, es tan importante que cada uno de nosotros sea consciente de qué intenciones y acciones está proyectando en este espacio colectivo común.
En su origen, la Web fue creada para potenciar la cooperación universitaria, y el desarrollo de utopías comunitarias, democráticas y libertarias. Por eso, muchos de los valores de estos pioneros digitales fueron calando en sus estructuras digitales y en las prácticas de los internautas. Actualmente muchos de estas pautas que dan significado a las relaciones online están cambiando, a medida que internet es colonizada por otros grupos y poderes interesados en aportar sus propias intenciones a la Red, como la propia industria del ocio. Aunque en algunos casos esto es una evolución que profundiza y amplia los aspectos sociales y humanos de internet, también está generando una prostitución de los valores originales de la Red.
Un origen de internet que nos abre esperanza
¿Y cuáles son estos valores y actitudes originarios de internet? ¿Qué significados iniciales han hecho posible que todos podamos disfrutar de la gran Red de Redes que todos conocemos? Como bien resume Dolors Reig en su libro Socionomía, la Web que impulsaron sus pioneros surgió con muchos de estos principios que a la vez se plasman en el diseño y programación de sus propias estructuras físicas. Lo sintetizó con mis propias palabras:
- La Red tiene la intención de servir de contrapoder mediador, que propugne el pacifismo, la tolerancia y la transparencia humana. Y para ello, casi desde su origen, la Web esta en dominio publico (sin licencias restrictivas) para que todos podamos usarla de forma libre. “This is for everyone”.
- Como fenómeno global que conecta ordenadores y personas por todo el mundo, busca que todos nos sintamos parte de la gran comunidad humana a la que pertenecemos.
- En su configuración física como medio distribuido, libre y abierto, nos facilita el que todos podamos contribuir a su crecimiento, participando de forma empoderada en el desarrollo de nuestra intersubjetividad global.
- En la Red somos libres de crear una identidad digital, mostrando los aspectos que nos hacen únicos, y con ello, compartirla con una comunidad humana, cada vez más grande. Una cultura para el bien común puede florecer en un entorno tecnológico diseñado para las relaciones auténticas, transparentes y responsables.
- Gracias a la arquitectura de participación que muchos pioneros digitales han ido desarrollando, los internautas podemos por fin liberarnos de las ataduras de una sociabilidad limitada, y lanzarnos a crear y compartir con claridad y sencillez.
- Gracias a la simplicidad de internet, nos es más fácil apropiarnos de sus recursos para crear desde lo lúdico y desde lo humano.
- Además, es un medio tan flexible y cambiante, que facilita que podamos probar y equivocarnos, sin que por ello pase nada grave.
- La Red funciona como prototipos siempre en estado beta, que lo hace más dinámico, remezclable y funcional.
- Los recursos multimedia enriquecen nuestro aprendizaje y el uso más acorde de nuestros talentos personales.
- Y como somos humanos, sabemos que lo emocional nos mueve, por eso usamos, desde el origen de internet, las historias (el storytelling), los juegos y lo informal, para compartir lo que para nosotros es significativo.
El otro posible y destructivo origen de internet
Da miedo, pero realmente vale la pena hacer este ejercicio de sentir lo diferente que hubiera sido nuestra World Wide Web, si, en vez de estos valores, hubieran imperado otras actitudes más cerradas, distantes, intolerantes y centralizantes. ¿Os imagináis?
En vez de una sola internet, podríamos tener tantas como países del mundo, cada una viviendo en su gueto local, separada del resto del mundo, y controlada por sus propias instituciones de poder. En ellas seguramente no podríamos participar libremente y empoderarnos. Posiblemente no importaría nuestra imagen digital, ni lo que podamos aportar al bien común, a unos poderes y empresas que solo buscarían en la Red el satisfacer sus propios fines propagandísticos. Y con ello, toda nuestra diversidad única, y nuestras historias quedarían en el tintero sin poderse expresar en un medio diseñado para seguir controlándonos. Y todo lo que fuera lúdico y divertido, sería en realidad un medio de mantenernos entretenidos y olvidarnos de nuestro papel en la transformación social.
Y aunque algunos de estos otros valores caducos puedan haber entrado en algunos espacios de internet, yo agradezco con todo mi corazón la gran labor de tantos pioneros de la Web, que nos regalaron un entorno con los valores más humanizantes que fueron capaces en esos momentos de la historia. Y por supuesto también, a tantas personas que en estos momentos custodian nuestra gran Red de Redes, para que no pierda sus valores sociales, y aumente sus capacidades humanas. ¡Gracias!
– Nota: Este artículo es una adaptación del epígrafe Los valores originarios de internet en el capítulo 3 de mi libro interNet e interSer que os animo a adquirir y leer para seguir aprendiendo juntos de como la Web puede ayudarnos a ser más humanos y libres.
– Credito de la imagen: Por Robert Smith (Own work) [CC-BY-SA-4.0], vía Wikimedia Commons. Sobre un mosaico realizado por Sue Edkins cerca de Londres donde vive Tim Berners-Lee