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Tu fuerza emocional

Rabia, enfado y fuerza emocional mujer

Estos días estoy conectando con mi fuerza emocional. Esta energía digna que rompe ataduras y me impulsa a resolver asuntos estancados con amor y enfado resolutivo.

Y es que resulta que cuando casi todo el mundo huye del enfado, la rabia o la ira, yo estoy descubriendo que necesito sentir estas emociones para poder resolver cosas que no avanzan en mi vida. Sin ellas no tengo fuerza emocional y me convierto en un pelele sin sangre y sin posibilidad de cambiar y transformarme.

Desde niño me he tragado muchos de mis enfados. Y con ello reprimía también mi propia energía vital. Mi cuerpo se encogió y agaché la cabeza. Me convertí en un niño bueno que no levantaba la voz ante nadie, aunque vinieran a agredirme. Reconozco ahora en mi esta frustración de sumisión y de no movilizar mi propia fuerza emotiva.

Al negar mi enfado, niego mi propia fuerza emocional
Niego mi poder y mi dignidad ante mi mismo y ante otros.

Muchos hemos aprendido que enfadarse es una emoción negativa, poco espiritual y que puede causar mucho daño en otros. Pero esto solo es así cuando el enfado o la rabia nos secuestra, como nos contaba Lourdes Garrido en su entrevista la semana pasada. Y esto ocurre por reprimirlas durante demasiado tiempo, como si las encerráramos en una botella a presión, hasta que un día el corcho ya no aguanta más y salta de golpe.

En realidad el enfado es una fuerza emocional que nos protege ante situaciones que nos dañan. También nos ayuda a lograr lo que necesitamos, sorteando todos los retos y obstáculos que se presentan en nuestro camino. Todo cambio y creatividad tienen su origen en este poder enérgico que nace continuamente en nosotros.

Como emprendedor y creativo soy consciente de como al reprimir mi enfado estoy reprimiendo mi fuerza y mis capacidades para la acción. Las emociones son dinámicas, y gran parte de este dinamismo surge de esta energía poderosa del enfado que se abre camino desde nuestras entrañas con todo su impulso resolutivo.

Toda pasión innovadora que transforma la realidad humana ha surgido de esta fuerza emocional que pide paso arrollando todo a su paso. La destrucción salvaje que genera es el fermento de la nueva belleza que emerge. Como un bosque arrasado por el fuego que permite décadas después el surgimiento de nuevas especies arbóreas. O como el grito firme y amoroso de un padre hacia un hijo que le limita por un lado, y le abre espacios nuevos por otro.

Tu enfado es fuerza emocional y tu fuerza emocional es amor

En mi caso, ahora siento enfado hacia mis actos de procrastinación que me alejan de lo que de verdad necesito como persona y profesional. Y gracias a esta rabia que vibra desde mi vientre, mi voluntad y mi poder vuelven a mi. El tiempo se dilata y cunde más, ya que estoy decidido y enfocado. Mi mente me ayuda a elegir y centrarme en actividades relevantes, pero sin la fuerza emocional que surge desde mi cuerpo estoy realmente cojo.

¡Con rabia digo no a todo lo que ahora no quiero! Aparto con firmeza personas y situaciones, no porque las odie, sino porque estoy enfocado en una dirección de creación y cambio. Es un rechazo constructivo. Como una flecha en su arco, pongo limites a mis lados para poder llegar de un golpe a la diana.

No niegues tu fuerza emocional para resistir las presiones. No niegues tu enfado resolutivo. No niegues tus propios instintos y tu vitalidad corporal. Están aquí para expandir nuestro poder en direcciones auténticamente creativas y transformadoras. Con limites, entusiasmo, amor, inteligencia, resiliencia e integridad, llegaremos más lejos y más dentro en la vida. Son agentes de la vida. Son recursos emocionales que elevan nuestro animo y nos sacan de estados de anestesia y depresión. Son la sal de la vida. Son tu arma para impulsarte hacia tus genuinos anhelos. Tu enfado es fuerza y tu fuerza es amor.

Credito de la imagen: Rabia, de Laura Cadena con licencia CC-BY-NC-ND

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6 comentarios en “Tu fuerza emocional”

    1. Hola Dori! Gracias por pasar también por el blog y comentar. Formas parte de este texto. Si, también siento que es fundamental despenalizar nuestras emociones, reconocerlas, vivirlas y ver como nos guían hacia resolver asuntos de nuestra vida. Un aprendizaje vivo que no acaba nunca. Abrazos!!

  1. Es complicado esto de gestionar las emociones, Nacho. Lo que sí se es que lo que no gritas te devora por dentro… ¡¡La de agujeros que me ha hecho la prudencia, jolines!!
    Buen post. Gracias 🙂

    1. Hola Toya!! Yo cada vez se menos de gestionar mis emociones, pero al menos intento ser fiel a lo que estoy sintiendo. Reconocer lo que hay aquí, enfado, frustración, ansiedad… No como palabra (que aquí me lió mucho) sino como energía en el cuerpo. Y con frecuencia necesite un empujón, pues anestesio mucho lo que siento y me monto una película en mi cabeza de que estoy bien. Pero no, lo que hay es rabia y ganas de gritar!!! Y si, lo que más quiero gritar es que tengo cosas que expresar, que soy una persona digna, que yo soy!!!

      Y cuando grito y muestro mi fuerza vital, a veces al rato siento algo de ansiedad y hasta culpa, pero siento que es natural, que son capas de historias emocionales que tienen que ir saliendo… aunque cada día no sé lo que pasará y me traerá el cuerpo. Solo quiero ser fiel a la guerra del momento. Y a que necesito marcha para vivir, que sino me oxido!!!! Y que no quiero tragarme más mi fuerza!!!! que sino también me sale por cualquier agujero que pille en su camino 😉

      Un abrazo Toya y gracias por comentar y gritar conmigo!

  2. buen articulo pero seria mucho mucho mas efectivo y receptivo si tuviera na base biblica o sea estuviera sustentado por la palabra de Dios, porque El es el unico maestro, el unico guia desde siempre y para siempre y todo lo que esta persona ha escrito sobre la fuerza emocional es porque el Creador del cielo y de la tierra le puso en su mente, esa inteligencia viene de Dios y hay que darle la gloria y la honra a El.

    1. Gracias Carmen por tu comentario. Sin duda estas palabras sentidas y escritas nacieron sustentadas por la fuerza divina, por el grito divino, por la inteligencia divina, por la creación divina,… Ya que sin la conexión a la fuente esencial, todo acto, emoción y pensamiento humano está cojo…

      Gloria y honra a lo divino que nos sustenta y da sentido y esencia a nuestra fuerza emocional

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