Si nuestra mirada tuviéramos la capacidad de sobrevolar el planeta, y nuestro corazón la sensibilidad para sentir el fuego del amor que habita y se comparte desde cada persona y cada ser, quedaríamos cegados y sobrecogidos ante un orbe en llamas vivas.
¿Te apetece hacer este vuelo empático? En lo que sigue te voy dando algunas instrucciones y pautas para que lo emprendas, de forma similar a como me vino a mi esta mañana. Busca un lugar tranquilo, sin prisas y sin distracciones ¡Y te deseo buen viaje!:
Explorando el corazón colectivo
Imagínate haciendo este cálido viaje. Vale la pena. En cualquier momento que tu periplo puedes hacer zoom para acercarte y para alejarte, como si tuvieras un Google Maps en tu mente. Puedes ver y sentir el planeta entero, y puedes acercarte hasta cualquier lugar, tu barrio o incluso tu casa. Mira y siente con los ojos del amor. Abraza lo que descubras. Agradece la oportunidad de abrirte a cada escena que aparece.
Puedes empezar acercándote directamente a la casa de las personas que más admiras. Visita su alma y siente su pasión. Conéctate al fuego que prende en su interior. Míralas como comparten su calor contigo y con tantas personas. Ámalas como ellas aman.
Sigue visitando a más y más personas, a escritores que te inspiran, a familiares queridos, a profesionales ante los que te quitas el sombrero. Hay tantas madres que abrazan. Tantos padres que protegen. Tantos médicos y enfermeras que cuidan. Tantos profesores que despiertan la creatividad infantil. Tantos tenderos que te facilitan la comida.
Si te vienen personas que no admiras o con los que tienes enemistad, no te quedes estancado en ellos. Suavemente déjalos ir y sigue el viaje céntrate en los fueguitos de amor y vida que estés dispuesto a reconocer y acoger. Llénate de ellos, y expande tu mirada a más y más países y realidades. Haz visitas rápidas y profundas y sigue adelante. Llénate de paisajes que regalan toda su belleza, de animales esbeltos, y de la calidez de la vida que nos envuelve a todos.
Visita a estas personas que se superan a si mismas, a pesar del dolor y la adversidad. Mira su espíritu que transciende y crea su destino. Escucha lo que te dicen al oído. Deja que vengan del pasado y del futuro. Reconoce y admira a tus ancestros. Agradece de corazón su contribución para que tu estés aquí. Agradécete a ti mismo y a tus compañeros de viaje lo que estáis dando para la vida de los que vienen detrás.
Da el zoom todas las veces que quieras, hasta que sientas como los fueguitos de amor y vida están quemando por todos los costados del mundo, e incluso de todo el universo. Capta con tus ojos del espíritu como este fuego prende vivamente de unos a otros en una fascinante fiesta sin fin. Mira las conexiones de este contagio. Deja que el gozo pirómano te atrape. Siente el interser por todas partes. Y siente tu maravilloso papel en todo este proceso de amor compartido.
Puedes ir acabando y admirándote a ti mismo por ser todo esto que has estado admirando durante este fascinante viaje. Reconoce el fuego de tu amor. Deja que siga prendiendo. No te importé que algunas veces parezca extinguido en tu corazón, ya que en realidad siempre está aquí. Ya eres ese fuego de amor. Siempre lo has sido y siempre lo serás.
Para finalizar, si quieres, puedes ya visitar a algunas de estas personas que no admiras o con la que te sientes enfrentado. Mira en lo profundo de su corazón. Reconoce su dolor y sus escapes. Descubre la dificultad de sus vidas. No pretendas cambiarlas, solo acógelas si te apetece. Es como acogerte a ti mismo en las cosas que no té gustan de ti mismo. Permanece con ellos y contigo. Habla con ellos. Llámalos por su nombre y resérvalos un espacio en este fabuloso paisaje de fuego que has despertado.
Durante el día, y cuando quieras, puedes aprovechar algunas de las imágenes que te han surgido para reavivar el fuego de tu mirada amorosa. Puede ayudarte imaginar lenguas de fuego saliendo de muchas ventanas. O visionar este globo terráqueo rodeado de infinidad de pequeñas luces que a veces se encienden y se apagan. Metáforas de nuestra realidad subjetiva. Recuerdos del amor que nos habita y nos une a todo.
¿Qué tal fue el vuelo? ¿Reconoces la fuerza inmensa de este amor que nos quema por todo el orbe?
Os dejo el audio con esta dinámica guiada por si quieres escucharla tranquilamente en un momento de calma y meditación:
Crédito de la imagen: Yee Peng Sansai 11, de John Shedrick en Flickr. Con licencia CC-BY
Precioso.
Gracias
Me alegro Enric! Un abrazo