«Es un largo camino. Un camino por recuperar la voluntad propia. Un camino con sentido. Un camino con contradicciones que me despiertan y me mueven a transformar. Un camino de mutación»
Hace algunos años, tras una intensa experiencia de crecimiento personal centrada en el desarrollo de la voluntad, escribí estos textos a modo de memoria de lo vivido dentro de mí. Lo escribí rápido y no voy a corregir casi nada para mantener su fuerza espontánea. Espero que estas palabras nos ayuden a ti y a mi a mantener vivo este impulso de voluntad y de unidad interior:
Confianza interna
En este momento siento una sensación de confianza en la vida, en mi proceso personal y en que algo me guía. Una voluntad esencial, mi buda interior, el misterio, el Amor… Lo siento con el cuerpo, con una especie de gozo interno… y sé que yo soy esto, y esto es en mi. El gozo esta, y esto también cambiara… pero es como un reflejo del Gozo y la Paz que impregna todo.
Palabras que impulsan mi voluntad propia y el compromiso con todo
La energía de las palabras del maestro sobre la voluntad me llenaron, me impulsaron, me conectaron. Activaron mi fuerza y compromiso con el proceso. Lo tengo ahí, y solo necesito empujes periódicos para conectarme. Es como si tuviera sed de verdad, de palabras auténticas que me inspiren y me movilicen. Palabras, movimientos y amor genuino. Lo busco y lo actúo en mi como puedo. Quiero vivir pegado a espíritu humano. Con toda su belleza, paz y dolor genuino. Encarnándolo. Viviéndolo. Compartiéndolo. Con esperanza y voluntad propia. Con compromiso y calma. En Interser.
Guerreros de la voluntad
Soy un guerrero. Expreso voluntad. La Voluntad me transciende. Mi camino de la voluntad es abrirme a esta Voluntad esencial y misteriosa que lo llena todo, y que amo como un corderito ama a su madre. Me abro como guerrero convirtiéndome en mediador, en inspirador y en integrador. Un niño guerrero jugando al juego que me inspira la Vida. La fuerza del guerrero que nace y me reconquista. Para no parar la energía espiritual. Para mover el sentido en mi vida y mi entorno.
Despertando voluntades
¡Voluntad de saber! ¡Voluntad de sanar! Voluntad de poder, de guerrear con sabiduría y amor. De no ser borrego, ni pastor. De re-crearme a cada instante, de salirme de las luchas mentales absurdas, de calmar mis pasiones y obsesiones. De caminar pisando fuerte, mirando a mis hermanos y saboreando la vida. Sin esconderme. Con libertad y presencia. Aquí estoy yo, el Hijo de Dios, en el reino de los cielos espirituales. En la tierra, en el barro divino y humano.
Voluntad de creer. Voluntad de verdad. Voluntad de interser. La voluntad de sanar mis autoengaños. Voluntad de vida, de activar mis lazos con la vida, de unirme, de contribuir, de no callar mi voz, de aceptar mi poder. Voluntad de cerrar esta etapa de no atreverme a ser, y abrirme a la vida, al momento lleno de presencia, al compromiso del corazón, y la belleza del corazón hermano.
Entrega a la voluntad que me transciende
Voluntad de entrega a Dios y al Interser. Crear desde allí con la fuerza del compromiso y la emoción de una aventura que vale la pena. Alineado al proceso de voluntad general esencial, a esa fuerza global de sentido e interconexión que nos guía como especie espiritual, alejándonos del ego colectivo liante, y co-actualizando expresiones genuinas surgidas del vacío potencial y la conexión con la Verdad.
Me lanzo hacia dentro
Ya no espero más de fuera. Ya no quiero reaccionar con lo de fuera. Me desmarco de lo reactivo. Me activo, me empodero, me lanzo… a amar, a crear belleza, a ser lo que es, a conocer al alma humana. Con voluntad propia y con voluntad esencial.
Abandónate. Suelta la lucha por mutar… y abandónate. Muere en este momento a la mente liante, a la comodidad del sufrimiento conocido. Deja que emerja lo que ya es, lo que no escuchas con tanto palabreo. Suelta.
Abandono y testigo
Me abandoné. No surgió nada. La mente seguía ahí, más calmada. Junto a esa Paz. Las palabras e ideas se movían por un espacio atestiguable. Las sentía moverse e intentar liarme. Escuchaba un dialogo mental, pero era solo eso, un dialogo que venía de algún sitio, de una parte de mi. Era mi discurso. Y yo no soy ese discurso. Pasa como las nubes pasan en los cielos. Igual que las sensaciones de mi cuerpo, de mis estados de animo, de la energía que anima mi vida… de lo que ocurre a mi alrededor.
Testigo de lo que me acontece en mi campo de percepción, de conciencia. Como formas que emergen del fondo. Como dibujos, sonidos, aromas y palabras que surgen de una pantalla.
Conciencia de unidad
El maestro me pregunta. Le digo. No dudo. Y sé que me comprende. Miro a mi alrededor. Mis compañeros ríen, mueven sus cuerpos con paz y conciencia. Ocurren las cosas. Y lo siento. Me uno a lo que ocurre. Mi Yo no es ajeno a lo que ocurre. Lo saborea. De algún sitio me viene la certeza de estar en conciencia de unidad. No necesito palabras para saberlo. Lo que viven los otros esta en mi conciencia, como una empatía multiplicada, como un respirar desde ellos, como una ruptura de barreras de percepción. Ellos siguen siendo ellos, pero no hay distancia.
Vino y se fue
El tiempo pasa. Ese flash de conciencia de unidad se difumina. Mi pensamiento viene por algo, tal vez por miedo y por negarme el valor de la experiencia. No sé. Solo observo.
Comprendiendo… la conciencia de unidad me conectaba a otros y a ese espacio transcendente, pero no por ello perdía la conciencia de mi mismo. Mi voluntad propia. Como expandiendo mi conciencia personal, haciéndola más abarcánte. Los otros y todo que ocurría a mi alrededor era parte de mi, igual que mi cuerpo, o mi mente.
Credito de la imagen: Luis Hernandez, con licencia CC-BY